domingo, 12 de junio de 2011

Bodegas de Jerez




     No es que sea ningún especialista, pero en esta ocasión me ha dado por un tema tan jerezano como es la bodega. Catedrales del oro liquido que a base de tiempo y esfuerzo lograron aupar los ricos caldos de la tierra a obtener un alto prestigio mundial. Viajaron por todo el mundo repartiendo alegría allí donde fueron.
     En la zona de producción, en momentos en los que era practicamente la única industria, supuso el sustento de muchas familias, que trabajaban en las labores propias de la bodega. Tras la faena del campo, todo empezaba con la vendimia, donde prodigaban imagenes pintorescas con los serones y las cestas cargadas de uvas... Era común el uso de bestias de carga para transportar el material. Despues del "soleo" en los redores de esparto; se procedía a la pisa propiamente dicha, y a la extracción del primer mosto... Tras esto y mediante un sistema de soleras en las botas (los toneleros jerezanos siempre fueron de reconocido prestigio; habiendo botas hechas en Jerez, en bodegas de todo el mundo) se terminaba obteniendo el preciado vino en todas sus variedades...(fino, manzanilla, amontillado, oloroso, pedro ximenez... sin olvidar, por supuesto, el gran brandy de soleras). Todo esto creaba una serie de puestos especializados en las labores propias de la bodega y unas faenas que con el tiempo se han ido transformado en aras de la mecanización y una mayor producción. La labor del arrumbador, dio imagenes muy pintorescas de las que he pretendido plasmar algo en estos cuadros, así vemos a un grupo subiendo una bota en tercera, como se hacía entonces, o a otro moviendo una bota, rodándola. Como también, hay una pintura en la que aparece algunas de las herramientas propias del oficio: las jarras y la piquera, para el trasiego y aireado de los vinos.
     Hoy en día sigue siendo una industria importante en la economía andaluza, pero me da la sensación de que no hemos sabido defender nuestros productos, como lo han hecho otras dominaciones de origen, dándole el valor que realmente poseen nuestros caldos. Lamentablemente, salvo alguna excepción, ni el empresariado, ni la misma población se han dado cuenta de lo que realmente se poseía, y en ocasiones se han hecho ventas de bodegas y activos que harían sonrojar a cualquiera. Pero todavía podemos y debemos hacer que esto vuelva a su cauce, ya que nuestra bendita tierra sigue ofreciéndonos la misma riqueza; lo que hay que hacer es ponerla en valor. Espero que os guste los cuadros.
(Si te gustan los cuadros, visita www.retart,es)