viernes, 21 de octubre de 2011

Pueblos blancos





A menudo,  cuando se piensa en la provincia de Cádiz, la primera imagen que se viene a la mente es el mar, sus pueblos marineros y turísticos, las salinas, las playas y el “pescaito” frito.
Pero la provincia es mucho más…la Campiña Jerezana, el Campo de Gibraltar y la Sierra de Cádiz. Es a esta a la que quiero referirme en esta ocasión.
La Sierra de Cádiz es una amplia comarca natural que comprende desde la parte éste del termino municipal de Arcos de la Frontera, hasta los límites con las provincias de Sevilla, al norte; de Málaga al éste y por el sur, hasta las estribaciones de la sierra del Campo de Gibraltar, siendo su núcleo mas definido la Sierra de Grazalema. En sí constituye un tesoro de pueblos blancos, algunos perdidos entre los montes, con arquitecturas casi imposibles y perfectamente encajadas en los paisajes naturales.
 Nombres como, Alcalá del Valle, Algar, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, El Bosque, El Gastor, Espera, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín, Zahara de la Sierra, y otros; nos evocan su pasado musulman y el carácter fronterizo en la reconquista.
Con estos cuadros, pretendo comenzar una colección en la que recoger estos bellos pueblos blancos que recogen el verdadero tesoro que son su gente. Gente buena y amable, siempre dispuesta a que el visitante se sienta como en casa. Como la abuela Pepa, que con sus “noventaitantos”  años, y unas piernas que para si las quisiera el mejor atleta, se subía y bajaba las cuestas de Alcalá para visitar a unos y a otros, para “estar siempre cumplida”.
Si tiene oportunidad, visite estos pueblos, no se arrepentirá.

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