Hay quien dice que los objetos tienen memoria... En verdad, particularmente, cuando observo ciertos objetos del ayer, especialmente si están relacionados con herramientas de gran importancia en su momento y que pasaron por cientos de manos trabajadoras, me vienen a la memoria estampas que incluso, por mi edad, no pude vivir... Viejos utensilios de cocina, impregnados por la memoria de abnegadas amas de casa de otros tiempos; antiguas herramientas de oficios como la carpintería, la alfarería, la tonelería... perfectamente cuidadas por sus propietarios y siempre listas para su uso. Y las labores del campo... como los cántaros para el agua que saciaba la sed del vendimiador, y los viejos canastos que sirvieron en vendimias pasadas. Al verlos abandonados en un rincón de la vieja bodega nos muestra la memoria callada de un tipo de vendimia que ya no volverá.
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