Exposición individual mía, en "Camachuelo" sherry-bar, durante el mes de diciembre. Se trata de una colección de escenas bodegueras y algún rincón tipico de Jerez de la Frontera. ¡No se la pierdan!
Puedes ver una exposición de mis pinturas en los siguientes enlaces:
lunes, 9 de diciembre de 2013
"MATICES" por Eressë Silimaurë
Exposición de mi hija, Rocío Retamero Jaime en el restaurante italiano "Da Enrico" del 15 de noviembre al 15 de diciembre de 2013. Merece la pena no perdérsela.
sábado, 18 de mayo de 2013
Parece que fue ayer
Parece que fue ayer el primer día de guardería. Aún me parece oír sus llantos al quedarse en un ambiente desconocido y ver como mamá y papá se marchaban. -"Te lo vas a pasar muy bien... podrás jugar a muchas cosas con muchos niños"- era el comentario mas habitual entre madres y padres que intentaban que el trago inicial fuese lo mas suave posible. Al fin y al cabo, se trataba de la primera separación importante tras unos meses en los que el crío sentía la protección absoluta de la familia... Pero es verdad que el ser humano es capaz de adaptarse rápidamente al entorno y mas pronto que tarde se podían oír las risas y los gritos alegres de la chavalería en aquel patio de la guardería Don Mickey...
Parece que fue ayer, cuando se sentían mayores porque era el primer día de "cole", y cargados con sus pequeñas mochilas empezaban a tener sus primeros deberes. En el colegio Alfonso X el Sabio, empezaban a comprender que habia un tiempo para la diversión y otro para el deber... Los años de la primaria se pasan volando para los padres, pero para los críos es media vida, y están cargados de buenos y malos ratos. Al fin y al cabo es como la vida misma: surgen los inevitables conflictos de las relaciones humanas aunque sean en sus primeros estadios. Pero mirando para atrás siempre nos queda ese recuerdo bonito de ver las caras de alegría y satisfacción de tus hijos cuando te traían una buena nota o cuando llegaban las vacaciones y tenían todo el tiempo del mundo.Parece que fue ayer cuando entraban en el instituto Andrés Benitez, y a las complicaciones de los inicios de la adolescencia se le añadían las propias de los estudios de secundaria. Es el momento de decidir por si mismos el rumbo a tomar en la vida futura, y quizás, cuando los hijos necesitan mayormente el apoyo de sus padres, aunque sea de forma callada.
Parece que fue ayer cuando decididos por la "vena creativa" ingresaban en la Escuela de Arte de Jerez para hacer el bachillerato primero y un ciclo formativo de grado superior, después. Los recuerdo como momentos felices en los que pese a las dificultades propias de los estudios, era una alegría verlos como hacían lo que querían. Al fin y al cabo se vé que lo traían en la sangre, ya que los resultados no podían ser mas expectaculares, tanto en notas como en satisfacción personal.
Parece que fue ayer cuando decidieron hacer la carrera de Bellas Artes en la Facultad Alonso Cano de Granada, y comenzaron una etapa con cierta independencia por primera vez fuera de casa... Hemos vivido momentos dificiles y complicados, especialmente en lo referente a la economía familiar. Ha costado sangre, sudor y lágrimas. Pero el apoyo de la unidad familiar ha sido fundamental. Todos a una para lograr el objetivo.
Parece que fue ayer... Pero es hoy cuando asistimos a la graduación de mi hija (el año pasado fue la de mi hijo), y con ello cerramos un ciclo en la vida para abrir el siguiente.
Si hay algo de lo que verdaderamente me siento orgulloso es de mis hijos... Trabajadores, comprometidos, y lo mejor: buenas personas.
Gracias hijos míos, si alguna vez sois padres comprenderéis mejor como me siento; ahora sólo espero que la vida os sonría y que logréis pronto vuestros objetivos. Sabemos que las cosas están difíciles, pero estoy seguro que lo conseguireis.
sábado, 27 de abril de 2013
Recuerdos de una vendimia
Hay quien dice que los objetos tienen memoria... En verdad, particularmente, cuando observo ciertos objetos del ayer, especialmente si están relacionados con herramientas de gran importancia en su momento y que pasaron por cientos de manos trabajadoras, me vienen a la memoria estampas que incluso, por mi edad, no pude vivir... Viejos utensilios de cocina, impregnados por la memoria de abnegadas amas de casa de otros tiempos; antiguas herramientas de oficios como la carpintería, la alfarería, la tonelería... perfectamente cuidadas por sus propietarios y siempre listas para su uso. Y las labores del campo... como los cántaros para el agua que saciaba la sed del vendimiador, y los viejos canastos que sirvieron en vendimias pasadas. Al verlos abandonados en un rincón de la vieja bodega nos muestra la memoria callada de un tipo de vendimia que ya no volverá.
Puedes ver si esta obra está disponible en http://galeriadisponible.blogspot.com |
miércoles, 24 de abril de 2013
Callada soledad
Puedes ver si esta obra está disponible en http://galeriadisponible.blogspot.com |
A veces el silencio
convoca algarabías
parodias de coraje
espejismos de duende
tangos a contrapelo
desconsoladas rabias
pregones de la muerte
sed y hambre de vos
pero otras veces es
solamente silencio
soledad como un roble
desierto sin oasis
nave desarbolada
tristeza que gotea
alrededor de escombros
fuego mudo
Autor del poema: Mario Benedetti ("Fuego mudo")
Autor del cuadro: Retamero Sánchez (www.retart.es)
lunes, 22 de abril de 2013
Canto al vino de Jerez
Estás frente de mi. Tu cuerpo ha sido
consuelo para el mío cada invierno,
y en ese tu misterio simple y tierno,
holgaste solapado mi sentido.
Si acaso de viajero ya ha partido
mi espíritu evadiéndose al gobierno
de luces donde a veces ni discierno,
me ayudas a vibrar con tu latido.
de rubia y asoleada cabellera,
que ausculto tras el vidrio de mi mano,
te nombro al paladear con lisonjera
vehemencia el señorío jerezano
que marca tu linaje de solera.
Entonces te descubro haciendo trizas
tus sueños navegantes de las cepas,
por donde tras el frío en savia trepas,
cual tuétano de aquellas albarizas.
Y así los sedimentos eternizas
en oro moscatel, y que lo sepas
te ufana y no hay vasijas donde quepas,
rumiante con ancestros de calizas.
Si fuiste un prehistórico salobre
con algas cimentando tu futuro,
hoy eres medicina donde cobre
tu auténtica estatura, en el más puro
color de viejo hidalgo nada pobre,
el vaso en que te escancio sin apuro.
Por eso quiero verte cada vez
pulsando el contenido de mi aliento
en notas de sabor que trajo el viento
que datan de tu estirpe de Jerez.
Asocio tu vendimia a mi niñez,
pues quiero regalar tu sentimiento
con voces de nostalgia en las que siento
vibrar tu pensativa robustez.
Un vino de verdad, vino que aciertas
la cálida corriente de mi fluido
del vamos, como quien sabe las puertas
y llena los espacios del latido.
Me alientas, me confundes, desconciertas
si busca su consuelo el pecho herido.
El sueño de tu crianza en las soleras
comulga franco idilio con el roble,
y logra que tu esencia se desdoble
tiñendo oro pajizo en tus esperas.
Punzante y delicado te atemperas
por ver tu palidez tornada al doble
sabiendo tu ascendencia la más noble
simiente que brotó de las hileras.
Si entonces se llamara palomino
la cepa que hizo ofrenda en los lagares
al dar su gravidez a tu destino,
hoy puedes ostentar los titulares
de haberte rotulado jerez fino,
deleite de exigentes paladares.
También pueden hallarte amontillado
luciendo los colores ambarinos
que son los distintivos de tus vinos,
con ese aroma suave, avellanado.
De Cristo amé la sangre en mi costado,
del bosque la canción preñada en trinos,
y en ti los medulosos pergaminos
que guardan las vasijas del soleado.
Quizás en oloroso, noble meta,
te entregues con el fuego de tu crianza,
oscuro, aunque de oro en tu etiqueta.
Tu gusto transitivo en la balanza
camino al moscatel es la receta
que tienen los adornos de tu danza.
Caoba y terciopelo a tu estatura
de vino prisionero en la criadera,
revelan tu destino de madera
volcado a tu silencio de dulzura.
Milagro de la tierra que aventura
por un Pedro Ximénez con su esfera
translúcida y vital, salir afuera
gimiente en la molienda que tritura.
Caminas en la senda de la vida
por mesas hogareñas como el vino
que espera haya concluido la comida.
En tanto el moscatel prodiga el sino
habido en la promesa contenida
de unir enamorados en destino.
Con ese formidable desenfado
nacido de los soles de tu historia,
contienes macerada la memoria
del último terrón que abrió el arado.
Por ver tu corazón transfigurado
en lágrimas de amor, como una noria
repito los instantes de tu gloria
bebiendo la amistad que me has brindado.
Por esa conjunción de pan y anhelo
intuida como lógica quimera,
te nombro soñador de viña en celo.
Y canto en comunión con la madera,
insigne relicario del desvelo,
el alma de Jerez de la Frontera.
Serás ofrenda y paz para el amigo
y al Cielo lo convoco de testigo.
(Jerónimo Castillo. San Luis-Argentina)
Etiquetas:
Bodegas de Jerez,
www.retart.es
Ubicación:
Jerez, España
sábado, 9 de febrero de 2013
El proceso de una obra
En esta ocasión mostraré, paso a paso, como fue el proceso de creación de uno de mis cuadros. Con ello no quiero montar cátedra ni nada parecido, sino simplemente mostrar cómo lo hago yo. Ya se sabe que "cada maestrillo tiene su librillo" y todas las opciones para llevar una obra a cabo pueden ser igualmente válidas y exitosas.
Comenzamos con la documentación de lo que será nuestra obra. Hacemos bocetos y buscamos fotos e imágenes que nos puedan servir como base. En este caso, sobre un fondo de una conocida bodega de Jerez, voy a encajar una escena de unos ratoncillos que recuerdan a los de Gálvez en la bodega de Gonzalez Byass. Para ello me valgo de diferentes fotos y dibujos que adapto a mi idea y con las que haré un dibujo de composición de lo que será mi obra.
Una vez que tenemos clara la idea de lo que será nuestro cuadro lo primero que hay que hacer es escoger el soporte y el tipo de pintura que usaremos. Para el soporte tenemos, principalmente, tres opciones: papel, tabla o lienzo, en sus diferentes variedades; y como materiales: pastel, acuarela, acrílico, óleo... Dependiendo de un soporte u otro y de las pinturas que usemos será el acabado de nuestra obra.
Para esta obra, he escogido óleo y un tablero D.M. de 10 mm. de 60 X 37 centímetros, porque creo que se adapta perfectamente a lo que quiero representar. El D.M. es un buen material, que se mantiene inalterable a los cambios de temperatura y humedad, pero es muy poroso, por lo que necesita una buena preparación previa. Para ello uso selladora sintética; con un par de manos es más que suficiente.
Una vez, bien seca la imprimación, pasamos a los cimientos de la creación de la obra: el dibujo.
Para mí el dibujo siempre fue una de mis pasiones y pienso que toda buena obra al óleo lleva como base un buen dibujo. Puede tratarse simplemente de un bosquejo o de cuatro trazos, pero servirá como armazón del desarrollo de nuestra obra. Habitualmente, el dibujo lo hago directamente con el pincel y una aguada de óleo, pero en esta ocasión he decidido usar un lápiz de grafito blando, ya que necesito lanzar unas líneas de referencia para las botas y de paso, ya puestos, pues también encajo las figuras del primer término. No se trata de hacer un dibujo acabado de grafito, sino una referencia de lo que quiero plasmar, por lo que la línea no tiene por qué ser muy depurada, ya que será el pincel el que, mas tarde, corrija y resitúe definitivamente cada cosa.
Para acabar con este paso, le doy una mano de barniz fijativo a todo el dibujo para que el grafito no me manche los colores cuando comience a pintar.
Con la mancha, comenzamos a meter color, generalmente un poco mas oscuro del que quedará al final. Para ello uso pinceles planos, o de "lengua de gato" del número 12 o superior; empezando por el fondo, respetando las líneas trazadas y corrigiendo si fuera necesario. Con pinceladas amplias y cruzadas cubro toda la superficie blanca dando una idea de lo que pretendo representar.
Habitualmente con el pincel "lengua de gato" hago toda la mancha, pero si el motivo, como es el caso, tiene pequeños detalles, también uso un pincel redondo del número 8 o 6
A veces, sobre todo si estamos hablando de pintura rápida, en este paso con unos brillos y cuatro toques más damos por acabada la obra, confiriéndole a la misma soltura y frescura; pero en esta ocasión este no es el caso, ya que mi interés es conseguir una obra mas elaborada.
Una vez acabada la mancha, pasamos al perfil y la sombra. Con un pincel del número 4 o 6, resalto aquellas partes del dibujo que me interesan y que, con la mancha inicial de color, se han perdido. De paso profundizo un poco mas en algunas sombras para darle mayor contraste a los distintos elementos de la obra.
Y definitivamente pasamos a la finalización y la luz. Se trata de iluminar las diferentes partes del cuadro con colores brillantes y luminosos, observando bien la dirección de la luz y la proyección de las sombras.
En este caso sobre la penumbra de las botas, el primer término de los ratones tiene una luz casi cenital que los hace resaltar sobre el fondo. Para crear el volumen necesario de los elementos voy dando cada vez toques desde los mas oscuros a los mas claros, hasta llegar a los brillos mas intensos.
Para terminar este paso, con un pincel redondo del número 2, le doy los últimos toques, como los detalles de los bigotillos de los ratones o el brillo de la copa con blanco puro.
Mi interés es que la obra tenga un aspecto envejecido, propio de una escena bodeguera y de la escena legendaria de los ratones amantes del buen vino, por lo que, una vez seco el óleo, paso a darle unas veladuras oscuras para aumentar la penumbra del fondo, suavizar el entorno general y resaltar el primer plano de la escena. Para ello uso una muñequilla con una disolución de betún de judea, aceite de lino y trementina.
Para el acabado he elegido barniz satinado para cuadros. Pienso que cada cuadro necesita su propio acabado a elegir entre brillo, satinado o mate. En este caso el semimatizado iguala toda la superficie y le da el acabado que busco, confiriéndole una terminación inmejorable.
Espero que os guste el resultado.
Comenzamos con la documentación de lo que será nuestra obra. Hacemos bocetos y buscamos fotos e imágenes que nos puedan servir como base. En este caso, sobre un fondo de una conocida bodega de Jerez, voy a encajar una escena de unos ratoncillos que recuerdan a los de Gálvez en la bodega de Gonzalez Byass. Para ello me valgo de diferentes fotos y dibujos que adapto a mi idea y con las que haré un dibujo de composición de lo que será mi obra.
Una vez que tenemos clara la idea de lo que será nuestro cuadro lo primero que hay que hacer es escoger el soporte y el tipo de pintura que usaremos. Para el soporte tenemos, principalmente, tres opciones: papel, tabla o lienzo, en sus diferentes variedades; y como materiales: pastel, acuarela, acrílico, óleo... Dependiendo de un soporte u otro y de las pinturas que usemos será el acabado de nuestra obra.
Para esta obra, he escogido óleo y un tablero D.M. de 10 mm. de 60 X 37 centímetros, porque creo que se adapta perfectamente a lo que quiero representar. El D.M. es un buen material, que se mantiene inalterable a los cambios de temperatura y humedad, pero es muy poroso, por lo que necesita una buena preparación previa. Para ello uso selladora sintética; con un par de manos es más que suficiente.
Una vez, bien seca la imprimación, pasamos a los cimientos de la creación de la obra: el dibujo.
Para mí el dibujo siempre fue una de mis pasiones y pienso que toda buena obra al óleo lleva como base un buen dibujo. Puede tratarse simplemente de un bosquejo o de cuatro trazos, pero servirá como armazón del desarrollo de nuestra obra. Habitualmente, el dibujo lo hago directamente con el pincel y una aguada de óleo, pero en esta ocasión he decidido usar un lápiz de grafito blando, ya que necesito lanzar unas líneas de referencia para las botas y de paso, ya puestos, pues también encajo las figuras del primer término. No se trata de hacer un dibujo acabado de grafito, sino una referencia de lo que quiero plasmar, por lo que la línea no tiene por qué ser muy depurada, ya que será el pincel el que, mas tarde, corrija y resitúe definitivamente cada cosa.
Para acabar con este paso, le doy una mano de barniz fijativo a todo el dibujo para que el grafito no me manche los colores cuando comience a pintar.
Con la mancha, comenzamos a meter color, generalmente un poco mas oscuro del que quedará al final. Para ello uso pinceles planos, o de "lengua de gato" del número 12 o superior; empezando por el fondo, respetando las líneas trazadas y corrigiendo si fuera necesario. Con pinceladas amplias y cruzadas cubro toda la superficie blanca dando una idea de lo que pretendo representar.
Habitualmente con el pincel "lengua de gato" hago toda la mancha, pero si el motivo, como es el caso, tiene pequeños detalles, también uso un pincel redondo del número 8 o 6
A veces, sobre todo si estamos hablando de pintura rápida, en este paso con unos brillos y cuatro toques más damos por acabada la obra, confiriéndole a la misma soltura y frescura; pero en esta ocasión este no es el caso, ya que mi interés es conseguir una obra mas elaborada.
Una vez acabada la mancha, pasamos al perfil y la sombra. Con un pincel del número 4 o 6, resalto aquellas partes del dibujo que me interesan y que, con la mancha inicial de color, se han perdido. De paso profundizo un poco mas en algunas sombras para darle mayor contraste a los distintos elementos de la obra.
Y definitivamente pasamos a la finalización y la luz. Se trata de iluminar las diferentes partes del cuadro con colores brillantes y luminosos, observando bien la dirección de la luz y la proyección de las sombras.
Para terminar este paso, con un pincel redondo del número 2, le doy los últimos toques, como los detalles de los bigotillos de los ratones o el brillo de la copa con blanco puro.
Mi interés es que la obra tenga un aspecto envejecido, propio de una escena bodeguera y de la escena legendaria de los ratones amantes del buen vino, por lo que, una vez seco el óleo, paso a darle unas veladuras oscuras para aumentar la penumbra del fondo, suavizar el entorno general y resaltar el primer plano de la escena. Para ello uso una muñequilla con una disolución de betún de judea, aceite de lino y trementina.
Para el acabado he elegido barniz satinado para cuadros. Pienso que cada cuadro necesita su propio acabado a elegir entre brillo, satinado o mate. En este caso el semimatizado iguala toda la superficie y le da el acabado que busco, confiriéndole una terminación inmejorable.
Espero que os guste el resultado.
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